Esta es una hembra de Ammophila sp., el más común de nuestros Esfégidos de tamaño grande. Bajaba el talud de la balsa que hay en la fuente de la Sentiu, en Gavà, arrastrando una larva cuyo volumen, como podéis apreciar, sería cuádruple que el suyo. Inmovilizada la presa, como es sabido que ocurre, a consecuencia de las picaduras del aguijón del himenóptero en los centros nerviosos, las cuales producen la parálisis, marchaba la Ammophila a caballo sobre su víctima. Es notable la velocidad con que camina, a pesar de que, por lo grueso de la larva, las patas del esfégido llegan con dificultad al suelo, sin que, no obstante el desnivel bastante fuerte y los abundantes obstáculos que encuentra, no suelta nunca la presa, bueno, sólo la soltó un momento cuando se dio cuenta de mi presencia que consideró un peligro, pero después de unos minutos, al verme completamente inmóvil, debió reconsiderar su decisión y volvió con mas ímpetu a arrastrar a su presa hasta la entrada de su madriguera, justo al pié de la fuente.